viernes, 6 de agosto de 2010

"El estadio es nuestro, cuidémoslo”



"El estadio es nuestro, cuidémoslo”. Esa fue la frase que se dejó ver en el tablero marcador del remozado Estadio Nacional el día martes 3 de agosto (tal como se ve en la foto), que al parecer los "hinchas" de Universidad de Chile no leyeron, no le pusieron atención o simplemente no quisieron obedecer.

Unas 89 butacas del recinto “ñuñoino “ fueron destruidos sin poder entender el porqué. Rabia? Desilusión? Pena? Estos podrían ser alguno de los motivos por los que estos imbéciles de siempre tuvieron para romper los asientos y algunos urinarios, claro, su equipo había perdido la linda oportunidad de jugar la final de la Copa Libertadores de América tras caer por 0 – 2 ante Chivas de Guadalajara, pero ¿Era necesario desquitarse con el recinto? ¿De qué sirve tener a la policía resguardando el lugar, a guardias privados, etc, si los inadaptados (premodernos) de siempre hacen de sus fechorías igualmente? De nada, de absolutamente nada.


La poca autocrítica de las máximas autoridades de Universidad de Chile resultan prácticamente inentendibles ante los hechos. Consultado por los destrozos que tuvo el Estadio Nacional, el timonel de la U, Federico Valdés, dijo tajante que “fueron mínimos para el tamaño de la concurrencia”. Sí, usted leyó bien “fueron mínimos”. Sí siguiéramos la lógica de Valdés, mientras menos gente vaya a los estadios, menos probabilidades de destrozos. Curiosa teoría del señor, por decir lo menos. El problema es un poco más complejo que lo anterior, es un tema de cultura y de inteligencia cívica.

Yo creo que ya es hora de que las autoridades tomen cartas en el asunto de una vez por todas, no arrendar el estadio a quienes lo destruyen es una buena opción. Esperemos, por el bien de todos de aquellos que no solo van al recinto a ver fútbol, si no que conciertos u otro tipo de espectáculos, que este tipo de hechos no se vuelvan a repetir.

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